Ci sono figure che non si limitano a interpretare il loro tempo, ma lo trasformano. Elena Granata è una di queste. Urbanista e architetto sui generis, ha scelto di spostare il baricentro della disciplina: non più la forma fisica della città come fine ultimo, ma la vita delle persone, i comportamenti, le relazioni, i desideri che precedono...
Bruno Zevi: La arquitectura como espacio de expresión, democracia y compromiso social
Bruno Zevi es una figura polifacética cuya influencia trasciende el mundo de la arquitectura para abarcar las esferas política y social. Nacido en Roma en 1918, Zevi dedicó su vida a promover una arquitectura orgánica, inspirada en los valores de la libertad política y la justicia social. Su regreso a Italia en 1943 marcó el inicio de una intensa carrera editorial y un compromiso político que se prolongaría durante décadas. Esta narrativa, más que una simple recopilación de acontecimientos, representa un ambicioso intento de síntesis crítica que busca conectar el pasado con el presente, fomentando una comprensión más profunda y matizada de la evolución arquitectónica y sus raíces históricas.
El primer impulso: hacia una arquitectura orgánica
En 1945, Zevi publicó "Hacia una arquitectura orgánica", una obra que analizaba el desarrollo del pensamiento arquitectónico durante los cincuenta años anteriores, con especial énfasis en Frank Lloyd Wright. Zevi veía la arquitectura de Wright, espacialmente abierta y figurativamente irregular, como un emblema de la democracia. Para Zevi, la arquitectura moderna era una batalla contra el fascismo, una lucha por la libertad, que él mismo había librado durante la guerra a través del movimiento "Justicia y Libertad" y las emisiones de radio estadounidenses.
APAO y la arquitectura orgánica
En 1945, Zevi fundó la APAO (Asociación para la Arquitectura Orgánica) junto con Luigi Piccinato y Silvio Rediconcini. La APAO defendía la arquitectura orgánica como una actividad social, técnica y artística destinada a crear un entorno propicio para una nueva civilización democrática. Para Zevi, la arquitectura orgánica significaba arquitectura para la humanidad, modelada a escala humana y acorde con las necesidades espirituales, psicológicas y materiales humanas.
Compromiso político y civil
Zevi fue un ferviente activista político. Militó en el Partido de Acción, en la Unidad Popular y, finalmente, en el Partido Radical, donde fue elegido diputado entre 1987 y 1992 y presidente honorario de 1988 a 1999. Su compromiso cívico fue igualmente constante: luchó contra los abusos y el deterioro urbano en las columnas de "L'architettura - cronache e storia", revista que fundó y dirigió, y en "L'Espresso".
El compromiso académico
Desde 1949, Zevi ha combinado su compromiso editorial y político con una intensa actividad académica. Impartió docencia en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia y, desde 1960, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Roma "La Sapienza". Contribuyó a la fundación del INU (Instituto Nacional de Urbanismo) y del IN/ARCH (Instituto Nacional de Arquitectura), convirtiéndose en un referente de la crítica arquitectónica en Italia.
La concepción de la arquitectura como espacio
Zevi escribió varias obras fundamentales sobre teoría arquitectónica, como "Saper vedere l'architettura" (1948), "Poetica dell'architettura neoplastica" (1953), "Architecture as Space" (1960) y "Il linguaggio moderno dell'architettura" (1973). Su concepción de la arquitectura como espacio fue revolucionaria. Zevi veía la arquitectura no solo como una forma estética, sino como un espacio vivido, una experiencia que involucra a todo el ser humano.
Bruno Zevi fue arquitecto, crítico e intelectual, cuya obra tuvo un impacto duradero en la cultura arquitectónica y social del siglo XX. Su visión de la arquitectura como experiencia espacial y su compromiso con los valores democráticos y sociales han dejado un legado que sigue inspirando. Zevi nos enseña que la arquitectura no es solo construcción, sino una forma de vivir y expresar los valores fundamentales de nuestra sociedad.

Bruno Zevi: una visión filosófica radical
El regreso de Bruno Zevi a Italia no es solo un acontecimiento biográfico; marca el inicio de una carrera editorial e intelectual que tendría profundas y duraderas repercusiones. Desde su primer libro, "Hacia una arquitectura orgánica", publicado por Einaudi en 1945, Zevi se propuso explorar "el desarrollo del pensamiento arquitectónico en los últimos cincuenta años". Sin embargo, la figura central en las páginas de esta obra es, sin duda, Frank Lloyd Wright. En su arquitectura espacialmente abierta y asimétrica, Zevi ve no solo una revolución estilística, sino el emblema mismo de la democracia, en contraste con el fascismo que había combatido mediante el movimiento "Giustizia e Libertà" y las emisiones de radio estadounidenses.
Para Zevi, el término "orgánico" adquiere un significado que trasciende la ortodoxia de Wright y abarca una dimensión política y social. En 1945, junto con Luigi Piccinato y Silvio Rediconcini, fundó la APAO (Asociación para la Arquitectura Orgánica), que declaró: «La arquitectura orgánica es una actividad social, técnica y artística a la vez, destinada a crear el entorno para una nueva civilización democrática». Esta declaración programática, publicada en «Metron», refleja la convicción de Zevi de que la arquitectura debe ser para la humanidad, moldeada según la escala humana y sus necesidades espirituales, psicológicas y materiales.
Compromiso político y civil
El impulso político de Zevi lo acompañó toda su vida. Tras una etapa en el Partido de Acción, se unió a la Unidad Popular y finalmente al Partido Radical, donde fue elegido diputado entre 1987 y 1992, ejerciendo como presidente honorario de 1988 a 1999. Zevi libró décadas de lucha contra las violaciones de la planificación urbana y el uso del suelo, escribiendo para "L'architettura - cronache e storia" y "L'Espresso". Este compromiso cívico reflejaba su convicción de que la arquitectura no puede separarse de la política y la sociedad.
Actividad académica e historiográfica
Desde 1949, Zevi impartió clases en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia y, posteriormente, a partir de 1960, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Roma "La Sapienza". Contribuyó a la fundación del INU (Instituto Nacional de Urbanismo) y del IN/ARCH (Instituto Nacional de Arquitectura), promoviendo una visión crítica e innovadora de la arquitectura.
Su actividad editorial incluye monografías sobre arquitectos como Frank Lloyd Wright, Erik Gunnar Asplund, Richard Neutra, Erich Mendelsohn y Giuseppe Terragni. Estas obras reflejan sus predilecciones y fervientes elecciones, demostrando un compromiso incondicional con los valores de la arquitectura orgánica.
La concepción filosófica del espacio
Zevi desarrolló una concepción de la arquitectura como un espacio vivido, una experiencia que involucra a todo el ser humano. Libros como "Saper Vedere l'architettura" e "Il linguaggio moderno dell'architettura" dan testimonio de esta visión. Zevi distingue claramente la arquitectura de la simple figuración pictórica, enfatizando que la humanidad está inmersa en un cosmos arquitectónico que opera dentro de una infinita multiplicidad de coordenadas.
Bruno Zevi fue un intelectual dinámico cuyo pensamiento influyó profundamente en la arquitectura y la crítica cultural del siglo XX. Su visión radical y filosófica promovió una arquitectura humanista, profundamente arraigada en valores democráticos y sociales. Zevi nos enseñó a ver la arquitectura no solo como una construcción, sino como una expresión de ideas, valores y relaciones , uniendo estética y política en una síntesis armoniosa y profundamente humana.
El regreso de Bruno Zevi a Italia marcó el inicio de un período de intensa actividad editorial, una etapa en la que el arquitecto se involucró en múltiples frentes, produciendo una impresionante cantidad de contribuciones. Ya en 1944, Zevi trabajaba en su primer libro, que Einaudi publicaría al año siguiente bajo el título "Hacia una arquitectura orgánica". Este texto pretende explorar el desarrollo del pensamiento arquitectónico en los últimos cincuenta años, pero la figura central que domina sus páginas es, sin duda, Frank Lloyd Wright. Zevi veía su arquitectura, espacialmente abierta y figurativamente irregular, como un emblema de la democracia, oponiéndose al fascismo con la misma vehemencia con la que había luchado personalmente desde el frente estadounidense, a través de las publicaciones del movimiento "Giustizia e Libertà" y sus emisiones radiofónicas desde el extranjero.
A partir de ese momento, el término "orgánico" adquirió para Zevi un significado que trascendió la ortodoxia de Wright y abrazó una dimensión política y social más amplia. En 1945, junto con Luigi Piccinato y Silvio Rediconcini , fundó la APAO (Asociación para la Arquitectura Orgánica) , una organización que combinaba la "fe arquitectónica" con la "fe en ciertos principios generales de orden político y social", como se afirma en la declaración programática publicada en "Metron". Zevi argumentó que "la arquitectura orgánica es una actividad social, técnica y artística a la vez, destinada a crear el entorno para una nueva civilización democrática", enfatizando que debe moldearse según la escala humana y las necesidades espirituales, psicológicas y materiales de la humanidad. En 1946, la APAO se presentó sin éxito a las elecciones municipales de Roma, pero este fracaso no mermó el impulso político de Zevi.
El compromiso político de Zevi lo acompañaría el resto de su vida, llevándolo primero a unirse al Partido de Acción, luego a la Unidad Popular y finalmente al Partido Radical, donde fue elegido diputado entre 1987 y 1992, y ejerció como presidente honorario de 1988 a 1999. Zevi también fue un incansable luchador civil, que libró durante décadas batallas contra los abusos y la degradación urbana y territorial en Italia a través de las columnas de "L'architettura - cronache e storia", revista que fundó y dirigió, y "L'Espresso".
Paralelamente a su periodismo, Zevi se dedicó a la docencia universitaria desde 1949, inicialmente como profesor en el Instituto Universitario de Arquitectura de Venecia, donde impartió Historia del Arte e Historia y Estilos de la Arquitectura, y posteriormente, tras obtener la cátedra en 1960, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Roma "La Sapienza", donde impartió docencia hasta 1979. Zevi también desempeñó un papel destacado en organizaciones como el INU (Instituto Nacional de Urbanismo), del que fue secretario general entre 1952 y 1968, y el In/Arch (Instituto Nacional de Arquitectura), que él mismo fundó en 1959. En todos estos contextos, Zevi se distinguió no solo por su experiencia y pasión, sino sobre todo por su extraordinaria visión crítica, que lo convirtió en un intelectual que operaba mucho más allá de los roles institucionales que desempeñaba.
Su estilo apasionado y vertiginoso se refleja claramente en la lista de volúmenes publicados durante su vida. Cada publicación refleja un compromiso incondicional y una dedicación plena que va mucho más allá de las simples tareas académicas. Las monografías dedicadas a arquitectos individuales, como Frank Lloyd Wright (1947), Erik Gunnar Asplund (1948), Richard Neutra (1954), Erich Mendelsohn (1970) y Giuseppe Terragni (1980) , revelan sus predilecciones y su ferviente elección de campo. Libros como "Saper vedere l'architettura. Saggio sull'interpretazione spaziale dell'architettura" (1948), traducido al inglés como "Architecture as Space", "Poetica dell'architettura neoplastica" (1953), "Architectura in nuce" (1960) e "Il linguaggio moderno dell'architettura. Guida al codice anticlassico" (1973), atestiguan precisamente la concepción de Zevi de la arquitectura como espacio: espacio interno y, por tanto, coincidente con la experiencia de vivir, no simplemente con su figuratividad, distinta de la concepción pictórica.
En " Architectura in nuce ", Zevi explora la cuestión del espacio en todos sus aspectos, desde lo antiguo hasta lo moderno, desde la arquitectura hasta el urbanismo, con una atención constante a sus autores más queridos, como Biagio Rossetti, Andrea Palladio, Michelangelo Buonarroti, Francesco Borromini, Victor Horta, Ludwig Mies van der Rohe y Frank Lloyd Wright . Zevi también evalúa obras anónimas y contextos espontáneos y vernáculos con una visión croceana, considerando estos elementos dignos de atención y lecturas multidimensionales.
El uso de la fotografía como material interpretativo, y no meramente ilustrativo, con yuxtaposiciones libres y reiteraciones del mismo tema desde diferentes ángulos, caracteriza sus obras, como ya se aprecia en "Saper vedere l'architettura" e "Storia dell'architettura moderna" (1950). Esta última representa el núcleo de la obra historiográfica de Zevi, uniendo los acontecimientos aún candentes de la arquitectura moderna en una síntesis que amplía los horizontes de los entusiastas del arte contemporáneo y actualiza los de los entusiastas del arte antiguo.
Zevi escribe: « Mientras la historia de la arquitectura se consideró concluida con el Neoclasicismo, no hubo posibilidad de una transición entre la arquitectura antigua y la moderna, ni de un entendimiento entre historiadores de la arquitectura y arquitectos. El puente solo puede ser proporcionado por la historia de la arquitectura moderna, que amplía los horizontes de los amantes del arte contemporáneo y actualiza los de los amantes del arte antiguo ». Esta ambición de abrir nuevas perspectivas y conexiones subraya su visión de la arquitectura no solo como una construcción física, sino como la expresión de una investigación intelectual y cultural continua, capaz de responder a la demanda de historicidad que plantean la humanidad y el pensamiento moderno.
Zevi aborda la "era moderna temprana" con el movimiento Arts and Crafts inglés y el Art Nouveau internacional, pasando por los "maestros" europeos como Le Corbusier, Gropius, Mies van der Rohe, Oud y Mendelsohn, y narra la historia italiana desde el futurismo hasta Terragni y Pagano, culminando en el movimiento orgánico europeo y americano, con un enfoque particular en Frank Lloyd Wright.
C'è una tribù che infesta i nostri salotti e i social network, "una categoria dello spirito" che si nutre di contraddizione e rancore: i "comunisti senza Rolex". Non sono rivoluzionari, non sono idealisti, e nemmeno autentici difensori della giustizia sociale. Sono moralisti di professione, predicatori di un'etica che non nasce da convinzione, ma...


