No todo es televisión: por qué el paradigma mediático es más complejo

24.11.2025

La idea de que « todo lo que no es televisión se está convirtiendo en televisión » es poderosa porque captura un fenómeno real: la centralidad del video y el flujo continuo en las plataformas digitales. Instagram, TikTok, YouTube y Facebook han reemplazado progresivamente la lógica de la conexión social por la del entretenimiento algorítmico.
El feed se ha convertido en programación, las redes sociales se han transformado en streaming personalizado. Esta analogía funciona como una provocación, pero corre el riesgo de ser reductiva. Porque si bien es cierto que los medios digitales tienden hacia el formato televisivo, es igualmente cierto que no termina ahí . Raymond Williams flujo » de la televisión como un flujo sin principio ni fin .
Pero el feed digital, si bien comparte esta lógica, introduce un nuevo elemento: la capacidad de interrumpir, buscar y desviar .


Diferencias estructurales: la televisión es una transmisión, las redes sociales son interactivas

La televisión tradicional es un de difusión : un centro de transmisión, con millones de espectadores pasivos. Las redes sociales, incluso en su forma más televisiva, conservan características que las distinguen radicalmente:

  • Interactividad : me gusta, comentarios, compartidos, remixes. Incluso cuando vemos videos de desconocidos, podemos reaccionar, interactuar y crear.

  • Personalización : El algoritmo no es un horario único, sino un flujo diferente para cada usuario.

  • Producción generalizada : No existe un centro de difusión. Cualquier usuario puede convertirse en productor, aunque la visibilidad es desigual.

Estas diferencias hacen que la experiencia digital se parezca más a un ecosistema participativo que a un simple programa de televisión. En YouTube , puedo alternar entre un vídeo de entretenimiento y una conferencia universitaria . En TikTok, puedo descubrir una tendencia musical y transformarla en contenido creativo . En Instagram , puedo alternar entre entretenimiento y relaciones personales. El feed, por lo tanto, no es solo alimento pasivo: también es archivo, investigación y descubrimiento . La televisión lo hace todo, pero no ofrece esta posibilidad .



La dimensión comunitaria resiste

Es cierto que solo el 7% del tiempo en Instagram se pasa con amigos. Pero esto no significa que la dimensión social haya desaparecido. Las comunidades digitales se han trasladado a otros lugares: a grupos privados , chats , servidores de Discord y canales de Telegram . La televisión no tenía comunidad. Las redes sociales, incluso en su formato televisivo, siguen generando espacios de pertenencia y diálogo . Este cambio no supone el fin de la sociabilidad, sino su reubicación .

La IA no es televisión, es generación.

Las plataformas de inteligencia artificial que producen videos sin fin (Sora, Vibes) parecen encarnar la lógica de la televisión. Pero en realidad, operan a un nivel diferente: no transmiten, sino que generan contenido . La televisión repite contenido ya producido. La IA crea contenido nuevo, aunque a menudo sea insignificante o inútil. Esta diferencia se vuelve —y de hecho lo es— crucial: la IA no es televisión, se transforma en una máquina narrativa . El riesgo no es solo la pasividad, sino la saturación de significado : un exceso de contenido que ya no tiene un referente humano.

Por qué la analogía con la televisión es insuficiente

Decir que todo se está convirtiendo en televisión es subestimar la complejidad de los medios contemporáneos. En realidad, estamos presenciando una hibridación :

  • Televisión : fluidez, espectáculo, emoción.

  • Socialidad : interacción, comunidad, pertenencia.

  • Almacenamiento : búsqueda, memoria, acceso.

  • Generación de IA : Producción automática, saturación.

Los medios digitales no convergen hacia una única atracción, sino hacia una pluralidad de formas que coexisten y se entremezclan. Para quienes trabajan en comunicación, marketing y publicación, la lección es clara: no basta con pensar en términos televisivos. Debemos reconocer la pluralidad de lenguajes y la diversidad de prácticas . El reto no es solo captar la atención, sino crear significado en un ecosistema fragmentado.

El riesgo no es que todo se convierta en televisión, sino que todo se convierta en ruido . La verdadera habilidad consistirá en distinguir el ruido del significado, el flujo de la construcción, el entretenimiento de la comunidad. Así, el mundo digital no es simplemente televisión. Es más complejo, más contradictorio, más estratificado. La televisión es un factor de atracción, pero no el único. En un ecosistema donde coexisten flujos, comunidades, archivos y generaciones artificiales , el verdadero desafío reside en habitar la complejidad . Los ganadores no serán quienes produzcan más vídeos, sino quienes sepan crear valor más allá del flujo : espacios de significado, de relaciones, de pensamiento .

El Informe de Comunicación Censis 2024 destaca cómo la televisión sigue siendo el medio más popular entre los italianos, con una tasa de penetración del 94,1% , mientras que las redes sociales alcanzan el 85,3% . No se trata de sustitución, sino de coexistencia : la televisión mantiene su poder unificador, mientras que las redes sociales fragmentan la experiencia. Esta coexistencia demuestra que el paradigma televisivo no lo ha absorbido todo, sino que se ha hibridado con nuevas lógicas de interacción y personalización.


El concepto de flujo y su evolución

Como ya se reiteró, Raymond Williams definió el "flujo" televisivo como un flujo sin principio ni fin, una característica distintiva de la radiodifusión . Hoy en día, las transmisiones digitales adoptan esta lógica, pero introducen nuevos elementos: la capacidad de interrumpir, buscar y desviar . Estudios posteriores han demostrado cómo el concepto de flujo se ha transformado en "streaming interactivo ", donde el usuario no es un espectador pasivo, sino un participante activo en el proceso.

Tiempo libre y capital social

Robert Putnam, en Bowling Alone (2000) , documentó el declive de la participación cívica en Estados Unidos, vinculándolo también con el tiempo libre dedicado al televisor. Entre 1965 y 1995, los estadounidenses ganaron seis horas de tiempo libre a la semana , pero las dedicaron a la televisión .

Hoy en día, la historia parece repetirse, pero con una diferencia: el tiempo dedicado a las redes sociales no es solo consumo pasivo , sino también interacción comunitaria . Las comunidades digitales se han trasladado a grupos privados, chats, servidores de Discord y canales de Telegram . La televisión no tenía comunidad; las redes sociales, incluso en su formato televisado, siguen generando espacios de pertenencia.

Algoritmos y salud mental

Estudios universitarios recientes (Padua, 2024; Locatelli, 2023) han analizado el «giro algorítmico»: los algoritmos no solo distribuyen contenido, sino que también moldean las prácticas sociales y culturales. La personalización algorítmica contribuye a las burbujas de filtro y a la ansiedad entre la Generación Z y los Millennials . Estudios cognitivos destacan la vulnerabilidad neurocognitiva de los adolescentes expuestos a un contenido interminable. Estos datos muestran que el problema no es la televisión, sino la lógica algorítmica que moldea los comportamientos y las percepciones.

En este sentido, las redes sociales visuales no pueden reducirse a una simple analogía televisiva. Más bien, representan un ecosistema ontogenético , donde dispositivos, imágenes, prácticas y algoritmos se moldean mutuamente, creando un entorno que no es solo de consumo, sino también de producción, interacción y transformación cultural.

La perspectiva STS nos recuerda que la tecnología nunca es neutral: habilita y restringe, ofrece y niega posibilidades, construye posibilidades que los usuarios reinterpretan y modifican mediante prácticas colectivas e individuales . En este proceso, las lógicas algorítmicas no son un destino fijo, sino un campo de adaptación continua, donde los usuarios experimentan, resisten, imitan e innovan . En este sentido, STS perspectiva dirigida a cuestionar las herramientas proporcionadas para la investigación y su funcionamiento, con el objetivo de comprender los procesos a través de los cuales es posible llegar al conocimiento aceptado como científico, incluyendo también todos aquellos factores (por ejemplo, sociales) a menudo considerados ajenos a la ciencia, que sin embargo contribuyen igualmente a la transición de la ciencia en acción a la ciencia lista para su uso.

La relevancia de las redes sociales visuales reside en su capacidad para moldear la imaginación contemporánea : las imágenes ya no son simples representaciones , sino actos performativos que conectan al sujeto con una acción y nos permiten comprender el recorrido antropológico entre las necesidades individuales y colectivas . En este sentido, las plataformas se convierten en laboratorios de significado , lugares donde se redefinen continuamente los límites entre lo privado y lo público, entre la estética y la política, entre el entretenimiento y el conocimiento .

El cierre solo puede ser un desafío : si todo parece tender hacia el flujo televisivo, el verdadero desafío es reconocer que no todo se convierte en televisión .
Las redes sociales visuales nos obligan a pensar en la complejidad, a interpretar las imágenes como herramientas centrales del análisis social y a comprender que su poder no solo reside en llenar el tiempo, sino en redefinir las formas mismas de nuestro imaginario colectivo .


El mundo digital no es solo televisión. Es más complejo, más contradictorio, más complejo. La televisión es un factor de atracción, pero no el único.

En un ecosistema donde coexisten flujos, comunidades, archivos y generaciones artificiales, el verdadero reto para los profesionales de los medios es habitar la complejidad . Los ganadores no serán quienes produzcan más vídeos, sino quienes puedan crear valor más allá del flujo: espacios de significado, relaciones, pensamiento y contenido interactivo nuevo y avanzado.

Fuentes confiables para estudios adicionales:

  • Informe del Censis sobre Comunicación 2024

  • Raymond Williams, Televisión: tecnología y forma cultural

  • Robert Putnam, Jugando a los bolos solo (2000)

  • Locatelli, The Algorithmic Turn (2023); Universidad de Padua, estudios sobre la Generación Z y los feeds algorítmicos

  • Estudios sobre IA generativa y medios (2024-2025)




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