
Thomas Dhellemmes: el camino como imagen, la imagen como destino
No todos los artistas buscan detener el flujo del tiempo : algunos lo persiguen como un animal salvaje, otros lo cruzan como un río embravecido. Thomas Dhellemmes pertenece a esta segunda genealogía: su fotografía no es un acto de fijación, sino de movimiento. No inmoviliza el momento, lo pone en fuga. No lo preserva, lo relanza. Su mirada no es la de un guardián, sino la de un caminante . Cada imagen es un paso, cada Polaroid una piedra blanca que marca el camino . No hay nostalgia, sino una tensión hacia lo desconocido: así, la fotografía se convierte en un acto de investigación, un ejercicio de pérdida y redescubrimiento. Así, Pierres Blanches no es una colección de recuerdos, sino un atlas de trayectorias . No es un archivo del pasado, sino un laboratorio del presente. Dhellemmes no fotografía para detener lo que fluye: fotografía para demostrar que el flujo mismo es la sustancia de la vida.
En Pierres Blanches, presenciamos no solo una colección de imágenes, sino un verdadero viaje existencial. Cada Polaroid se convierte en un fragmento de un viaje, una huella en la tierra y en la memoria, como si la fotografía fuera a la vez un gesto de supervivencia y revelación. Dhellemmes no busca capturar el mundo en una imagen definitiva: lo recorre, lo cuestiona, lo deja fluir. Su práctica compulsiva de pegar, cortar y ensamblar no es un ejercicio estético, sino una forma de dar forma al desorden de la vida, de transformar la ambigüedad y el fracaso en rastros necesarios .
Así, los paisajes que recorre —desde las solitarias playas de Normandía hasta los acantilados de Bornholm, desde los cielos grises del Norte hasta las luminosas tierras del Mediterráneo— se convierten en espejos de un viaje interior. Cada fotografía es una piedra blanca, un talismán que no señala el camino de regreso, sino la posibilidad de continuar la búsqueda.
© Thomas Dhellemmes / Cortesía de Polka Galerie
Hay artistas que fotografían para detener el tiempo, y otros que fotografían para perseguirlo. Thomas Dhellemmes pertenece a estos últimos: su obra es una peregrinación visual, un hilo de migajas que no conduce a un retorno, sino a una desorientación continua y fértil.
La exposición Pierres Blanches , presentada por la Galería Polka y acompañada del volumen publicado por Filigranes , reúne veinte años de viajes solitarios. Thomas Dhellemmes recorre paisajes que oscilan entre la melancolía y la revelación: las playas desiertas de Normandía, las nieblas del norte de Europa, los acantilados japoneses de Teshima , las costas mediterráneas. Cada imagen es un talismán, una piedra blanca que marca el camino de un pequeño Pulgarcito contemporáneo , incapaz de dejar de buscar su propio camino.
El medio elegido fotografía instantánea— no es un capricho nostálgico, sino un acto radical. La Polaroid, con su química inestable y sus bordes imperfectos, se convierte para Dhellemmes en un campo de tensión: violencia y fragilidad, dureza y fracaso. Como en Cy Twombly , la imperfección se convierte en lenguaje, la materia misma en pensamiento. Cada toma es un fragmento que se abre a nuevas metamorfosis: del positivo al negativo, del papel a la oscuridad del cuarto oscuro, en un ciclo que transforma el instante en duración.
Pero lo impactante, más allá de la técnica, es su postura existencial. Dhellemmes fotografía mientras respira: compulsivamente, con la necesidad de recopilar y pegar imágenes, incluso las "ambiguas", los retazos, los fracasos. No hay una selección tranquilizadora, sino más bien un archivo de fragilidad que se convierte en memoria viva. En este sentido, Pierres Blanches es más que una simple exposición: es un diario de supervivencia, una misiva secular que transforma el paisaje en plegaria.
« Fueron momentos felices, y yo estaba vivo », dice el artista. Quizás esta sea la clave: la fotografía como prueba de existencia, como testimonio de un paso. Las piedras blancas que emergen en sus imágenes no son señales de retorno, sino de resistencia. Son los restos de un viaje que nunca termina, sino que se renueva.
En una época en la que la fotografía corre el riesgo de convertirse en un asunto de consumo rápido y decorativo, Dhellemmes nos recuerda que todavía puede ser un acto de fe: frágil, inestable, pero necesario. Pierres Blanches es, pues, una invitación a caminar a través del tiempo, a hacer una pausa en el momento, a reconocer que la belleza nunca es definitiva, sino que siempre se encuentra entre la pérdida y la revelación. Pierres Blanches es presentada por Polka Gallery y acompañada de un volumen publicado por Filigranes . La exposición reúne veinte años de Thomas Dhellemmes y estará abierta durante todo el invierno hasta finales de enero, transformando el espacio expositivo en un atlas de trayectorias visuales y talismanes. Una oportunidad para hacer una pausa en el momento y reconocer, a través de la fragilidad de la fotografía instantánea, que la belleza nunca puede capturarse por completo, sino que continúa revelándose en movimiento.
La exposición Pierres Blanches de Thomas Dhellemmes estará en exposición en la Polka Galerie de París del 14 de noviembre de 2025 al 17 de enero de 2026.
Información práctica
Ubicación: Polka Galerie, Cour de Venise, 12 rue Saint-Gilles, 75003 París
Fechas: 14 de noviembre de 2025 al de enero de 2026
Horario de apertura: de martes a sábado, de 11:00 a 19:30
Contacto: +33 (0)1 76 21 41 30 – contact@polkagalerie.com
Web y redes sociales
Sitio web oficial de la galería: polkagalerie.com
Página de exposición: Exposición Pierres Blanches – Polka Galerie
Revista Polka: Revista Polka – Pierres Blanches
Galería de polca social:
Instagram: @polkagalerie
Facebook: Galería Polka
Twitter/X: @PolkaGalerie
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No todos los artistas buscan detener el paso del tiempo : algunos lo persiguen como un animal salvaje, otros lo atraviesan como un río embravecido. Thomas Dhellemmes pertenece a este segundo linaje: su fotografía no es un acto de fijación, sino de movimiento. No congela el instante, lo hace huir. No lo preserva, él...





